El ABC del annilingus: ¿cómo practicar un beso negro?
Beso negro o annilingus, llámalo como quieras, pero ponlo en práctica. Si la semana pasada enseñábamos cómo hacer un dedo anal, ahora es el turno de otra de las prácticas gays más placenteras. Y es que, ¿quién de vosotros no ha sentido las mieles de un magnífico lengüetazo en pleno ojete? Presta atención, toma papel y bolígrafo y pon en práctica los siguientes pasos. Te prepararán para elevar tu clímax hasta límites insospechados y ¡sin sorpresas!
Y decimos sin sorpresas porque, en primer lugar, prepararte para practicar sexo anal con tu chico pasa por que limpies en profundidad, por dentro y por fuera, la piel del ano y las paredes rectales para acabar con todo resto fecal que pueda arruinar esta magnífica experiencia.
En el ano se unen un sinfín de terminaciones nerviosas por lo que, una vez limpio, es el momento adecuado de estimularlo con los labios (a través de besos) o con la lengua. Prueba a realizar pequeñas penetraciones con la lengua y verás cómo pones a tu pareja a 100. ¡Conseguirás una erección instantánea! Y, con su polla bien dura, todo va sobre ruedas.
Ten en cuenta que un ano bien limpio tiene sabores y olores muy característicos, muy masculinos. Saborea cada milímetro de esta zona erógena. Sus pliegues poseen una sensibilidad extenuante y, tanto si mamas como si recibes, la excitación de tu pareja te contagiará.
Dedicadle todo el tiempo que necesitéis. Si disfrutáis, no paréis. De cualquier modo, tened en cuenta que el beso negro es el mejor preludio a una penetración placentera. La saliva es el mejor lubricante natural para que los centímetros de polla entren suavemente.
Tampoco olvidéis mantener una conversación de lo más fluida. Es la mejor manera de conocer las intensidades que necesitáis y hacer saber a vuestra pareja qué es exactamente lo que más os gusta.
En CAM4, cada día, nuestros modelos os muestran cómo practicar annilingus. Son verdaderos especialistas. Así pues, no pierdas la ocasión y disfruta.
